El pavimento de aquella zona residencial presentaba un buen número de pronunciados resaltes. En cada uno de ellos, el taxi subía y bajaba cual cayuco a la deriva, y mi usuario se agarraba como podía: con una mano al pasamanos, y con la otra a su corbata (para esto último no tengo respuesta).
Tras rebasar un par de esos resaltes, mi usuario (americano por los cuatro costados) rompió el silencio:
– Estos montáculos, terribles… ¿se dice “montáculos”?
– Mon-tí-cu-los – dije con sorna.
– Español muy difísil… muchas palabras para desir misma cosa… ¿Qué más palabras para desir montáculos?
– Baches, resaltes… son sinónimos.
– ¿Qué significar “sinónimo”?
Entonces reparé en la dicotomía mental que suponía buscar un sinónimo de la palabra “sinónimo”:
– Dos palabras son sinónimas cuando significan lo mismo.
– Muchos sinónimas en España. Yo americano, y en mi idioma no tengo sinónimas. Solo una palabra por cada cosa. Estados Unidos, el país más rico y más pobre del mundo, jajaja…
– Rico y pobre son antónimos.
– ¿Cómo dice?
– Nada, nada…