En Gran Vía, a la altura de Callao, un grupo de músicos callejeros de saxo en boca, trompeta y percusiones varias, interpretaban sonidos díscolos que recordaban a las marchas militares.
Los viandantes, aunque simulaban ignorarles, parecían caminar con paso decidido, mirando al frente sin tiempo siquiera para el pestañeo…
– Esos músicos trabajan para el Ayuntamiento. Los contratan con la intención de marcar el paso a los transeúntes – le dije a mi usuario (un tipo joven de barba y coleta).
– Y al que se salga de la fila, le arrean una colleja, jaja… – me dijo (simulando gesto collejil con la mano).
– Jaja…
…
[Nota: Rompo el "alto el juego" a mis taxibromas, pero sólo hacia los tipos de barba y pelo largo encoletado...]