Cambiar un taxi por otro nuevo (más grande y espacioso) siempre reconforta:

Tras haber ganado el premio 20blogs del diario 20minutos, Arsenio Escolar (il cavaliere) me propuso migrar nilibreniocupado.es al prestigioso portal web de su diario, lo cual me honró sobremanera (y me hinchó el ego literario cual sapo en celo).

Días después, los informáticos de La Coctelera (gestor web de 20minutos) en sucesivas conversaciones telefónicas me explicaron que, debido a ciertas complicaciones técnicas, resultaba imposible volcar toda la información (diseño, fotos, textos, etc.) en la nueva ubicación. Por otra parte, el resto de firmas que blogguean en 20minutos mantenían un diseño uniforme (ya por todos conocido). La conclusión más lógica, pues, no podría ser otra que iniciar un nuevo nilibreniocupado según sus parámetros técnicos.

De todos modos, pese al cambio de ubicación, todo lo demás será idéntico: Anécdotas, preguntas, poemas y un par de secciones nuevas a modo de bonus track.

Pese al cariño naif del presente diseño obra del genial Fernando García (a la izquierda en la foto, haciendo el gilipollas) habrá que acostumbrarse al nuevo diseño, más funcional y minimalista de cara a su lectura.

Aparte de esta oportunidad única que me ofrece 20minutos de ampliar mi proyección literaria , desearía (desde lo más profundo de mi taxi) continuar “leyendo” las mismas caras de siempre. Me llenaría el espíritu de Diesel encontrarme, por encima de todo, a esas voces que llevan enriqueciendo durante casi un año, día tras día, este (ahora vuestro) blog.

A partir de ahora nos vemos, nos leemos y nos escribimos en:

blogs.20minutos.es/nilibreniocupado

O bien a través de su portada (en la sección blogs/opinión):

www.20minutos.es

   …

[Foto: Mi webmaster (que descansará de mí por un tiempo) y un simpulso cualquiera tras brindar por todos vosotros. Disculpen la oscuridad del momento: Fernando García es alérgico a la luz del día (creo que a eso se le llama "fototonto") y por extensión, alérgico también a la cerveza sin alcohol (le salen granos y se le nubla la vista). Abrió el obturador la imbécil de su novia]

[Nota profunda: He de confesar que siento pena a medias: me llora un ojo y el otro sonríe]

Y a la próxima carrera (en mi/vuestro nuevo taxi) invito yo.

   – No estoy de acuerdo con usted, señora. Me niego a creer que la vida sea tan monótona… – digo mientras atravesamos el tráfico de Nuevos Ministerios.

   – Todos los días son iguales, nunca pasa nada… te despiertas, llegas tarde al trabajo, el mismo jefe con cara de perro, el mismo café con leche a mediodía, comes, más trabajo y luego, cuando al fin llegas a casa te encuentras con que el niño que ha vuelto a suspender las matemáticas. Siempre con el mismo cuento de las malditas matemáticas…

   En esto, al detenemos por culpa de un semáforo sonrojado, aparece justo delante de nosotros un malabarista que comienza a jugar lanzando tres bolos al aire con destreza. Ambos nos quedamos mirando el espectáculo.

   De súbito, el malabarista pierde el control y uno de sus bolos cae sobre el capó de mi taxi. Lejos de pedirme disculpas se acerca a mí y me dice engolando la voz:

   – A mí no me mire: las culpas a Newton, ¿ok?

   Al retomar la marcha alzo la vista hacia el espejo, y con los ojos clavados en mi usuaria retomo:

   – Disculpe, ¿decía…?

   Estación Sur de Autobuses. Un hombre joven de genes tostados toma asiento a mi vera, con una mochila azul entre sus piernas como único equipaje.

   – Sssentro Madrid. Puerta Sol, Gran Vía, Sibelesss, Callao – me dice de seguido, con acento líquido.
   – ¿Podría concretar? – pregunto antes de iniciar la marcha.
   – Sentro, sentro. Yo digo a tú – repite entusiasmado, lleno de sonrisa.

   Al incorporarnos según la dirección citada, el moreno comienza su particular monólogo:

   – Yo Morocco, Tánger. Primera vess España. Legal. Pasaporte. ¿Quieres ver pasaporte? – abre su mochila y me enseña al menos tres pasaportes distintos (¿?). – Yo contento en España: Raul, Guti, E´too mismo color, misma piel que yo. Sssapatero. Pantoja. Julián Muzosss ladrón, mala gente.

   El marroquí no para de sonreír con los ojos bien abiertos para no perder detalle. En esto, vuelve a abrir su mochila y saca un teléfono móvil.

   – Teléfono Nokia. Muy bueno. ¿Gustar? – me pregunta.
   – Mucho. Muy bonito – digo.
   – Sssién euros. Barato.
   – ¡No me jodas!. ¡Acabas de llegar, amigo!. Espera al menos a instalarte… – digo manteniendo la risa.
   – ¿Querer teléfono?
   – No, gracias; ya tengo uno.
   – ¿Teléfono regalo para novia?
   – No tengo novia, lo siento – continúo riendo.
   – ¿Español sin novia española guapa? – me pregunta asombrado.
   – Hagamos un trato: Yo a ti 100 € y tú a mí regalar teléfono y novia – digo de coña.
   – ¡Ah!. Taxista grassioso. Yo no conocer mujer española para taxista.
   – Entonces no hay trato.
   – Cómo dessir… ¿cachondo?. Sí: taxista cachondo. Ja, ja, ja…
   – Ja, ja…

   …

   [Taxirreflexión: A destacar la similitud sonora y léxica entre mis "ja, ja" y sus "ja, ja" con independencia de cada respectiva nacionalidad, idioma materno o color de piel]

   …

   [Nota adjunta: A destacar el contraste social entre los mejicanos del post anterior, alojados en el Hotel Meliá Castilla, y el marroquí del presente] 

   Con tres mejicanos por banda, viento en popa, a todo taxi, cruzamos Colón entre una marea de banderas, gaviotas y cláxones de oé oé, campeones, campeones… (¿?).

   – ¿Fútbol? – pregunta uno de los mejicanos.
   – No, Elecciones Municipales – respondo.
   – ¿Municipales?. Es algo así como el Gobierno de la ciudad, ¿no, buey?
   – Sí.
   – ¿Y se puede beber?
   – ¡Claro buey! ¿No vistes que ahorita nos mamamos unas cuantas cervesas? – le dice el otro.
   – ¿En Méjico no se puede beber? – pregunto asombrado.
   – En día de elecciones está prohibido, ¡los chíngoles!… se puede beber en restaurantes, pero no permiten comprar botellas.
   – Por eso vinimos a Madrid, buey. Aunque no votemos acá podemos mamarnos sin que nos apresen, ja, ja…

   …
  

   [Nota: No entiendo el humor mejicano]

   En las últimas dos semanas, taxi-libre-ta en mano, he recogido el sentir popular ante las próximas Elecciones Municipales y Autonómicas. La siguiente selección de frases demuestran, con un margen de error del 0.72%, las previsiones de voto para este próximo Domingo:

   – “Soy canario y allá, desde que estamos en democracia, nadie ha ganado nunca por mayoría absoluta. Yo soy apolítico, pero López Aguilar sabe tocar la guitarra y yo soy guitarrista: tendrá mi voto” – canario de 30 en Madrid por motivos laborales (14-05-07).

   – “Todos los políticos son unos golfos, pero le digo una cosa: para golfo, yo. Así que votaré al más golfo, al que más robe” – hombre de pelo en pecho, camisa estampada, gafas de sol y reloj digital Casio (16-05-07).

   – Mi voto lo tengo claro: La señora Esperanza Aguirre me ha puesto ascensores en todas las estaciones de Metro y eso significa que piensa en los más desfavorecidos. Además la semana pasada nos regaló una cena con baile y lo pasé muy bien – mujer arrugada, por encima de los 70, que no me dejó hablar en todo el trayecto (16-05-07).

   – Yo creo que Gallardón y el alcalde ese de Zaragoza, el del PSOE, están liados… que son gays, vamos – hombre de 55, cabello de moreno teñido y cejas canosas (20-05-07).

   – Iré a votar según acabe la noche del sábado. Me han invitado a una despedida de soltero y pienso liarla. Según lo que beba, votaré o no. Y si voto, según sea la resaca votaré a unos o a los otros – joven de rostro bombardeado por el acné (21-05-07).

   – ¿Se ha dado cuenta que en las fotos Esperanza Aguirre sale mucho más joven que hace 4 años? ¿tendrán ya la última versión del PhotoShop? – chica de aspecto casual (23-05-07).

   – ¿Elecciones este Domingo?, ¡no jodas! – despistado de 35 (esta misma mañana).

   ¿Por qué algunos usuarios me mienten?

   ¿Por qué sus mentiras siempre giran en torno a su poder adquisitivo?

   ¿Por qué siempre mienten al alza (y nunca a la baja)?

   ¿Me conocen de algo?

   ¿Me volverán a ver?

   ¿Entonces…?

   ¿Querían lluvia?, tomen cien cubos…

    Ayer Madrid sufrió la mayor lluvia de los últimos 29 años (no tengo más para comparar, lo siento…). Me lo confirmó una mujer desesperada que subió a mi taxi tras agitar los brazos pidiendo auxilio (apostada sobre el banco de una parada de autobús). La maniobra resultó digna de cualquier rescate televisado: Tuve que subir el taxi a la acera, a tientas, hasta acercarme todo lo posible a la aludida, abrir la puerta trasera y alargar mi brazo para tomar su mano como pude (el agua corría encabronada calle abajo cubriendo por completo sus tobillos).

   …

   Resulta curioso: A medida que se acercan las Elecciones Municipales, la intensidad de cada lluvia aumenta de un modo cruel y despiadado. Teniendo en cuenta que su frecuencia e intensidad es directamente proporcional al número de túneles inundados, todo apunta a una conspiración entre Dios y los Masones hippies esos contra Alberto Ruiz Gallardón (actual alcalde y candidato a las próximas elecciones de este domingo).

   …

   Estimado Dios (¿estimado?): No sabe con quién se está jugando los cuartos. Antes de su próximo diluvio provocado tenga en cuenta que el cielo aun no ha sido recalificado. Y no le extrañe que para la próxima legislatura, a modo de venganza, nuestro querido actual (y futuro) alcalde le plante un parquímetro en cada nube alegando zona azul… 

   – Se le ve pensativo. Seguro que ustedes los taxistas están todo el día dándole a la cabeza – me dijo una usuaria (cuarentona, elegante, con ganas de conversación).
   – Se equivoca. En realidad el Ayuntamiento en coalición con la DGT nos ha prohibido pensar mientras conducimos. Según los últimos datos, desde que los taxistas no pensamos el índice de siniestralidad se ha reducido en un 70%.
   – Ja, ja, ja… lo que usted cuenta me recuerda a un libro…
   – ¿1984? – pregunté.
   – No, bueno; no sé… ¿se imagina que nos prohibieran pensar?
   – No hace falta imaginarlo…
   – Ya.
   – Pues eso.
   – Vale. 

   Según marcan los cánones gestuales, cuando un usuario habla por teléfono y a su vez mira fijamente al taxista (a través del espejo retrovisor) indica que le está autorizando a escuchar su parte de la conversación.

   En este caso, una mujer de aspecto muy cuidado hablaba con su interlocutora de lo cerdos que son los hombres mientras me miraba, buscando mi complicidad (o puede que mi sonrojo). La lógica me llevó a deducir que, si los hombres son unos cerdos y yo soy un hombre, al mirarme me estaba incluyendo en su piara particular.

   – Corazón, tienes casi cuarenta tacos y el niño ese veintidós, ¿verdad?. Está jugando contigo y tú ahí, enamorada como una tonta… se presenta en tu casa cuando le da la gana, te echa un polvo y se marcha… ¿que vive con sus padres?… ¿que no se puede quedar a dormir contigo?… ¿eres idiota?… Miriam: olvídale…

   La mujer continuó mirándome, levantando las cejas para que no perdiera el hilo de sus comentarios:

   – Me parece increíble que a estas alturas no te hayas dado cuenta de eso… todos los tíos son unos cerdos, insensibles, mentirosos… ¡ese niño sólo quiere follarte!… bueno… que estoy llegando… ahora hablamos con más calma… adiós…

   Me indicó parar en la próxima esquina, añadiendo:

   – Es cierto: sois todos unos mentirosos. Y lo siento por ti, porque no te conozco. ¿Qué te debo?
   – 75.40 €.
   – ¡Pero si marca 4.35 € – me dijo sorprendida.
   – Vale, te he mentido…

   …

   [Reflexiones simpulso: Las mujeres piensan que todos los sombres son unos (...). Los hombres creen que todas las mujeres son unas (...). Sin embargo, la mujer no puede vivir sin el hombre y viceversa: Jamás pensé que un puzzle de dos piezas fuera tan difícil de resolver] 

   – Yo a usted le conozco… ¡claro!, ¡el taxista de la tele!… – me dijo la mujer tras un largo y viciado silencio.
   – ¿En qué canal dice que me ha visto? – pregunté.
   – No lo recuerdo. Mi hijo es el dueño del mando, ya sabe…
   – ¿En Tele Taxi? – dije de coña.
   – Esa es de pago, ¿no?. Yo no tengo nada de pago; en mi casa todo es gratis menos la luz, el teléfono, y eso…

   (…)  

   –  Anoche mi hijo estaba haciendo “zipin” (¿?) y cuando salió usted en la tele hablando mientras conducía su taxi, le dije que lo dejara ahí; porque mi ex marido es taxista, ¿sabe usted? – me dijo a tal velocidad que sus palabras parecían chocarse unas con otras.
   – ¿Ex marido o ex taxista?; ¿o las dos cosas? – pregunté.
   – Ex marido. Sigue siendo taxista, el muy golfo… le encontré una caja de preservativos de esos en la guantera del taxi, ¿sabe usted?. Y conmigo nunca los usó (eso se lo puedo asegurar); yo soy muy antigua para esas cosas…
   – Puede que los encontrara en el asiento de atrás. Ni se imagina la cantidad de cosas que se dejan los clientes…
   – ¡No, no!. Eso fue “la gota de todos los colmos…”
   - Los taxis pueden ser muy tentadores para la vida golfa - dije movido por el tópico.
   – Y usted escribe mientras conduce o algo así, ¿no?. 
   – Mientras conduzco, concretamente, no. Pero…
   – ¡Pues escriba que mi marido lleva cinco meses sin pasarme la pensión! – me interrumpió.
   – Mi página no va de eso – dije apurado.
   – ¿Y de qué escribe, si se puede saber? – me preguntó, brazos en jarra.
   – Hablo de mis clientes, pero sin que ellos se enteren.
   – ¡Eso está muy feo!. Prefiero que escriba de lo golfo que es mi Manolo; bueno, mi ex Manolo o comosediga…

   …

   [Señora: No pienso hablar de usted ni de su pensión. Los temas de mis post los elijo yo, ¿de acuerdo?]

   …

   [Señora: Un abrazo tierno para usted, y bienvenida a mi taxi]